SALA DOS PROFESSORES

Arte en el Colegio Miguel de Cervantes

Por: Lourdes Ballesteros | marzo 2021.

El arte, la música, la literatura… son algunos de los elementos que, ampliamente difundidos en medios de comunicación y redes sociales, nos han ayudado a sobrellevar mejor este periodo de crisis sanitaria. En los momentos difíciles, vemos cómo muchas personas redescubren el valor de estos elementos que forman parte de nuestro imaginario.

En el Colegio Miguel de Cervantes trabajamos dentro y fuera del currículo (es decir, en el currículo oculto) las diferentes expresiones artísticas, ya que para nuestros educadores está claro el beneficio que producen en el desarrollo de la personalidad, la creatividad y la autoestima de los niños y adolescentes.

En las instalaciones del Colegio encontramos arte por todas partes. En los cluster de Educación Infantil y Enseñanza Fundamental I, los alumnos conviven con reproducciones de obras de artistas reconocidos como Tarsila de Amaral, Picasso, Gaudí, Alfredo Volpi, Dalí … En los jardines, encontramos esculturas hechas por nuestros alumnos y otras que presentan una simbiosis perfecta entre literatura y sostenibilidad, como la escultura de Don Quijote caracterizado de Chico Mendes en el jardín de la biblioteca. En las escaleras del conocimiento del Edificio de Enseñanza Fundamental II, los alumnos perciben que el arte y el conocimiento de las diferentes disciplinas están entrelazados.

El currículo oculto del Colegio ayuda a que nuestros alumnos perciban que es posible expresar los pensamientos a partir de la creación artística, que podemos comunicarnos con los demás y con nosotros mismos usando la creatividad.

Una obra clave que marcó la vida escolar durante el curso 2018 y 2019 fue la creación del mural “El Quijote” en el foyer del teatro, del artista plástico Canato.

El mural ilustra el viaje de Don Quijote y recorre las dos partes de la obra maestra de Miguel de Cervantes en escenas que representan las principales aventuras de esta fantástica y apasionante historia.

Se trata de un recorrido por el arte español, ya que se esconden en las escenas reproducciones de varios personajes de cuadros representativos de la cultura española. En total son dieciséis artistas: El Greco, Murillo, Velázquez, Zurbarán, Ribera, Goya, Dalí, Picasso, Gaudí, Miró, Sorolla, Subirachs, Remedios Varo, Maruja Mallo, Maria Blanchard y por último Tiziano, maestro italiano, que trabajó una gran parte de su vida para España.

A través de las obras reproducidas, podemos establecer una cronología de la pintura española y visitar diferentes periodos de la historia del arte, del clásico al moderno.

Esta composición se organiza en diagonales de ida y vuelta, que dan movimiento a las escenas y permiten construir toda la narrativa del viaje.

El paisaje de fondo muestra diferentes regiones de España, comenzando por La Mancha, pasando por Sierra Morena, en Andalucía y terminando en las playas de Barcelona.

El mural se divide en tres momentos: mañana, tarde y noche. A la izquierda, en la parte superior, vemos salir el sol y con él, el comienzo de la historia y la primera aventura, la famosa escena de los molinos de viento que Don Quijote confunde con gigantes. Pero el gigante aquí es el del cuadro de Goya, “Duelo a garrotazos”.

En la esquina izquierda, vemos a un niño azotado por su patrón y la noria que atrapó a Sancho. A su lado, aparece una procesión y justo debajo Don Quijote es servido por el “Aguador de Sevilla” de Velázquez. En esta escena también participan los “Niños comiendo uva y melón” de Murillo.

Al pie del mural, tenemos una imagen que simboliza todas las derrotas y desengaños del Caballero de la Triste Figura: Don Quijote, destrozado, es atendido por su fiel escudero Sancho. En la secuencia, vemos un grupo de prisioneros encadenados, los “Galeotes”, y el gran rebaño de ovejas que atacó Don Quijote pensando que era un ejército. Aquí, el pastor de la derecha es un homenaje a Ribera y la oveja, en primer plano, es el “Agnus Dei” de Zurbarán. Al fondo, una cabra reproduce la cerámica de Picasso. Cabe destacar la importancia de estas escenas en el movimiento del mural.

En el centro, Don Quijote nos mira sobre su caballo Rocinante. Ésta es la única figura del mural que mira directamente al espectador. Su ojo izquierdo está exactamente en la intersección de las diagonales de la pared, el punto de partida de todo el dibujo. Y aquí se inicia la segunda parte del Quijote. Primero encontramos la compañía de teatro y la “Carreta de la Muerte”, con instrumentos musicales inspirados en la obra de Maria Blanchard. Aparecen de nuevo Goya, con “El aquelarre” y Murillo, con “Dos Mujeres en la ventana”. También vemos la Cueva de Montesinos, único lugar donde se representa a Dulcinea, adornada con elementos de las pinturas de Maruja Mallo.

El anochecer, a la izquierda del mural, simboliza el final de la historia y la vida de nuestro héroe. En lo alto de un árbol, un buitre negro, el reloj de Dalí y la última hoja seca presagian la muerte del Quijote.

Una luna enorme de Miró ilumina a Cravileño, un caballo de madera inspirado en el “Guernica” de Picasso. En la última batalla en las playas de Barcelona, Don Quijote es derrotado por el Caballero de la Blanca Luna, representado por el Carlos V de Tiziano. Un carrete, de Remedios Varo, sostiene la vida de nuestro héroe con un frágil hilo. La muerte del caballero andante se acompaña de referencias a la pintura de El Greco “El entierro del conde de Orgaz”, y el enano y el perro de “Las meninas” de Velázquez. Por último, vemos a Sancho soñando con su isla junto a tres torres de la Sagrada Familia que homenajean a Gaudí.

Combinando lo clásico y lo moderno, el mural es un gran homenaje a la pintura española. Y creo, que una de las cosas fundamentales de este mural es que todo el proceso de creación estuvo acompañado, desde el primer momento, por los alumnos del Colegio Miguel de Cervantes. De esta forma, los alumnos pudieron ver la aplicación de conceptos matemáticos a través de la pintura. Observaron cómo el pintor organizó el espacio y lo estructuró respetando los conceptos de la proporción áurea. Además, los alumnos aprendieron la importancia de dividir el espacio creativo con diagonales y formas geométricas, rectángulos, cuadrados y triángulos que ordenaban toda la composición.

La oportunidad de tener al artista Canato dentro del Colegio propició el uso didáctico de la pintura y le dio a la obra un mayor sentido: promover el interés de otras disciplinas a través del arte, de sus símbolos y alegorías.

El mural “El Quijote” invita a dialogar con el arte clásico y moderno, a valorar las influencias y el diálogo entre culturas y a conocer esta novela universal.

Los alumnos del Colegio experimentan la interacción con la obra e interiorizan la importancia de la expresión artística y de sus posibilidades de forma natural. Por esta forma de aprehender el arte, nuestros alumnos se destacan por su sensibilidad y amplios conocimientos de las diversas expresiones artísticas. Al fin y al cabo, el arte está presente de forma activa e implícita en la vida del colegio, lo que es una gran suerte para todas las personas que trabajamos en el centro.

Para más información sobre el mural de “El Quijote”, vea el siguiente vídeo.