El objetivo es el aprendizaje del proceso democrático que va desde la concepción de las campañas, la elaboración de propuestas, la reflexión sobre los objetivos de cada delegado hasta el proceso de votación y elección del candidato.

El abordaje de los profesores respeta la equidad de las diferentes fases del desarrollo y comprensión de los alumnos. En el primer ciclo de enseñanza fundamental, por ejemplo, es necesario presentar bien los conceptos: "abordamos el tema con la lectura del libro A eleição da criançada*, después les pedimos que reflexiones sobre las características que debe tener un delegado de clase y la importancia del voto consciente", afirma la profesora Fernanda Alves de 3º.

El trabajo interdisciplinar ayuda en la contextualización del proceso: "en 2º, además de la lectura del libro, aprovechamos que estamos trabajando los diversos tipos de documentos en la asignatura de Historia para presentar la figura del elector, sus funciones y la edad mínima permitida por la legislación brasileña para votar", añade la profesora Isamable Braga Ret de 2º.

La concienciación de los aspirantes se rige por determinados acuerdos: los alumnos que ya han sido elegidos por dos años no pueden ser reelegidos; en el primer ciclo la pareja se compone, obligatoriamente, por un niño y una niña; desde el segundo ciclo en adelante, el alumno que obtiene el mayor número de votos es elegido delegado y el segundo, suplente.

Dentro de los criterios mencionados, cualquier alumno puede ser candidato. En las clases de tutoría, los profesores abordan las principales características y responsabilidades de los delegados de clase. "El candidato a delegado debe conocer sus atribuciones y saber las funciones del cargo, por eso hablamos sobre la responsabilidad que tendrán los elegidos", comenta la profesora Rivailda Araujo Santos, de 4º.

El segundo paso es el desarrollo de las propuestas de los candidatos. La rectitud de las campañas es cuestionada en todo momento. Candidatos y electores discuten sobre ética, honestidad y coherencia: "muchos alumnos ya saben qué propuestas son viables en el ámbito escolar. Los electores están atentos y los candidatos saben que no pueden comprar votos ni hacer proselitismo", cuenta la profesora Katia Kazumi Sato, de 5º.

Los alumnos de 2º ciclo que ya pasaron por esta misma experiencia en años anteriores, pueden profundizar en los conceptos. La idea es que poco a poco la conciencia del proceso democrático se desarrolle naturalmente así como el ejercicio democrático que sostiene este proceso y se presenta en diversas ocasiones en la vida social.

Según las orientadoras Vivian Cristianini, del tercer ciclo de Fundamental II y Kátia Pupo, de Enseñanza Media, el proceso de elección de delegados a partir de Fundamental II, por todo el trabajo que ya se ha desarrollado, está más incorporado en las vivencias de los alumnos y por eso es más sencillo. "En el tercer ciclo los alumnos se organizan en parejas o individualmente para elaborar una plataforma de campaña", comenta Vivian. En los años siguientes todo el proceso se realiza de forma más autónoma. Para la orientadora Kátia, estimular la representación de los alumnos es educativo y favorece el diálogo, el espíritu de colectividad y una actitud responsable.