¡Quien canta, sus males espanta!
La primera vuelta al mundo fue un viaje de aventura, exploración, contratiempos y descubrimientos. La expedición partió con 5 naves, 239 tripulantes, 200 botes de sardinas, 10.000 kilos de galletas secas, 7 vacas vivas… y ¡5 tambores y 20 panderos!
Al regresar a España, en el listado había muchas cosas, casi nada de comida y ¡5 tambores y 20 panderos!
Así nació el proyecto ¡Quién canta, sus males espanta!, con la certeza de que la música ha sido parte de esta hazaña.
El proyecto se dividió em 3 etapas:
1ª: Los alumnos y alumnas conocieron algunos de los géneros musicales del Renacimiento español, algunos de los compositores más destacados y algunos de los instrumentos que utilizaban. ¿La sorpresa? Descubrimos que las cucharas eran utilizadas como instrumentos musicales de percusión para cantar y bailar y que, como los africanos, ellos también utilizaban pregunta y respuesta en sus ritmos (polifonía).
2ª: Los alumnos y alumnas participaron en un taller para construir panderos cuadrados similares a los llevados en las naos. Sustituimos la tradicional piel de cabra o de oveja por láminas de RX; mantuvimos los cascabeles y utilizamos cucharas de madera con gomas elásticas para las baquetas.
3ª: ¡Probar los sonidos, aprender los ritmos renacentistas, tocar y cantar!
Así, como en un viaje de aventura, el proyecto ¡Quién canta, sus males espanta! ha “navegado”, descubriendo nuevas “rutas” en su trayecto de aprendizajes. Un proyecto hecho a muchas manos y a muchas voces.
¡Qué disfruten!
Curiosidad
“Quien canta, sus males espanta” es un refrán recogido por Miguel de Cervantes en ese mismo periodo. Está en la primera parte del capítulo 22 de Don Quijote de la Mancha.
Profesoras cordinadores:
Roseli Lepique, Patrícia Maia e Andreia Müller