Sergio Molina
Don Quijote y las diversas posibles lecturas de una obra atemporal e universal.
Por: Cibele Nielsen | 8 de octubre de 2015.
El conferenciante describió la relación entre las fronteras y Don Quijote, al afirmar que “traducir, de cierto modo, es vivir”, demostrando que para comprender mejor las intenciones del autor, el traductor debe romper los límites entre la realidad y la ficción, con el objetivo de alcanzar una mayor comprensión del texto y de establecer una relación entre el momento en que se produjo el texto y el momento actual.
Sergio Molina relacionó las fronteras con el mestizaje en la lengua utilizando como ejemplo el "portuñol", que no es considerado una lengua por los que ya se encuentran consolidados, es decir, por los bilingües. Cervantes busca romper esta idea, ya que, según Sergio, el Quijote presenta una gran influencia de la lengua árabe.
Fotos: Silvio Luiz Canella
Para explicar más a fondo el tema, el conferenciante planteó una analogía con la situación actual de los refugiados en Europa y los mexicanos en los EEUU: ambos grupos tratan de cruzar las barreras territoriales en busca de mejores condiciones de vida, sin embargo son reprimidos y están prohibidos de cruzar esas fronteras.
En su trabajo, Sergio Molina intentó romper las fronteras existentes entre la razón y la locura, ya que Don Quijote, además de loco, era anacrónico y entreveraba conceptos épicos y cómicos. Utilizando como principales recursos la parodia y el humor, Cervantes pretendía decir lo que hasta entonces estaba prohibido y procuraba transmitir contenidos éticos quebrantando los límites y persiguiendo la libertad de expresión.
El conferenciante concluyó afirmando que no existe un límite entre el texto y la vida, ya que ambos están relacionados; la interpretación dependerá de cada uno porque cada lector tiene distintas experiencias de vida que les hacen interpretar de modo distinto una misma obra.
Leilane Grubba
Conocer los derechos humanos: entre la idealidad de Don Quijote y la realidad de Sancho Panza.
Relación entre el Derecho y la Literatura
Por: Luisa Amarante e Yago Labate | 8 de octubre de 2015.
Para dejar claro su interés por la literatura, la doctora utilizó como ejemplo la pintura El Guernica, de Picasso, y mostró como el arte tiene la capacidad de influir en el ser humano, cambiándolo y conectándolo con otras personas, sociedades y acontecimientos históricos. A partir de su formación profesional, afirmó que -según sus propias palabras- “la literatura es una gran puerta para la comprensión del otro”.
Según Grubba, existen dos visiones en la relación del derecho y de la literatura. La primera es el derecho como literatura, y trata de estudiar las leyes como si fueran discursos literarios, analizándolos como una obra. La segunda es el derecho en la literatura, y su objetivo es el análisis del derecho presente en las obras. La doctora afirmó que optó por utilizar un método que le permitió relacionar las dos visiones, ya que un método fijo limita el estudio y simultanear los dos le permitía obtener un mayor progreso.
A partir de ahí, percibió que el libro Don Quijote de la Mancha encajaba con lo que estaba estudiando debido a la relación entre el idealismo y el materialismo presentes en la obra. El primero representado por Don Quijote y el segundo, por su fiel escudero Sancho Panza. Un ejemplo de esta relación está en la manera en que el personaje principal veía los molinos de viento y afirmaba que eran gigantes, mientras su compañero, representante de la realidad, lo contradecía diciéndole que eran solo grandes máquinas.
Lailane grubba relató que en nuestra sociedad, ese idealismo está presente en el sistema de la ONU, que es idealista, porque presupone la idea jurisnaturalista de que los derechos son “naturales” a todos, sin exclusión de uno u otro. Estos no se definen por consenso político sino por la existencia de una dignidad inherente a todo ser humano. Sin embargo, afirmó también que, según esa línea de razonamiento, no habría diversidad cultural o de deseo por cosas diferentes en el mundo, ya que todos somos iguales.
La invitada resaltó que los derechos humanos previstos por la ONU, sin duda, son buenos, pero solo serán eficaces cuando también se tenga en cuenta el medio en el que se vive ya que, no sirve de nada tener derecho al trabajo –por ejemplo- si no existe acceso a este. Aquí pone el ejemplo de la obra donde Don Quijote representaría a la ONU, idealizando el mundo a su alrededor y Sancho Panza representaría a aquellos que intentan garantizar la eficacia de los derechos más allá de su pura existencia.
Cuando se le preguntó por la acción de la ONU frente a una falta de respeto a los derechos humanos, Leilane dijo que la gran mayoría de los pa&i